Un aristócrata regresa en secreto a la Rusia Soviética, un hijo y su madre sobreviven entre las penurias de un piso comunal, los vecinos de un distrito que únicamente reviven al recibir su ración de vodka... Los personajes de Salmo (1923-1926) hacen gala de la picaresca y la decepción que marcaron los primeros años de la revolución rusa, sin perder un ápice de humor y ternura.