Caracterizan las páginas de «El hacedor» el cruce de géneros (relatos, ensayos y poemas) y la diversidad temática. Homero y Dante alternan con Rosas y Facundo; la fantasía que inventa laberintos inéditos, con la crónica de sucesos aparentemente triviales pero cargados de insospechadas significaciones; el particularismo criollo, con la universalidad histórica que abarca tanto la simbología oriental como la cultura europea. «De cuantos libros he entregado a la imprenta — escribió el propio Jorge Luis Borges — ninguno, creo, es tan personal como esta colectiva y desordenada «silva de varia lección»».