Y los miembros de la Corpus Carus deben mantener esa prueba oculta a toda costa. Empieza una lucha sin tregua en la que el sexo, la magia negra, la traición y la ambición de poder son simples monedas de cambio en el tablero sobre el que libran batalla el bien y el mal. Una batalla donde las fronteras entre ambos bandos están más difusas que nunca. Una batalla donde la fe es una peligrosa arma de doble filo. Una batalla que puede decidir el destino de la humanidad.